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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro de Geociencias (CGeo), dio a conocer el mapa de fracturas de la Ciudad de México, que será de vital importancia para su reconstrucción, luego de las afectaciones sufridas por en el sismo del 19 de septiembre.

Dora Carreón Freyre, investigadora de la UNAM y responsable académica del Centro de Evaluación de Riesgo Geológico (CERG) ubicado en la delegación Iztapalapa, indicó que esta información “permitirá identificar la vulnerabilidad física del suelo de la capital del país susceptible a fracturarse en ciertas zonas, ya que dichas fracturas no son aleatorias, se pueden cartografiar y predecir hacia dónde se propagarán, que es el objetivo de este trabajo”.

En algunas calles de Iztapalapa las grietas siguen creciendo.

La universitaria comenzó a trabajar en este tipo de investigación desde el 2007 cuando una grieta se abrió repentinamente en la delegación Iztapalapa.

Para saber más consulta el documento completo que publicó la UNAM. Dale click al archivo .pdf de aquí abajo:

fracturas_sismo2017

Sin embargo, recientemente se descubrió que dichas fracturas, también afectan a 15 de las 16 delegaciones de la CdMx, siendo las más perjudicadas, la Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.

Grieta en la calle Primo Verdad, colonia Jacarandas.

“Existe una relación directa entre la aparición de las fracturas y las áreas de contraste entre las zonas del lago y los edificios volcánicos, además de que su distribución en la base de la ladera de la Sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa, es muy similar del otro lado, en Tláhuac, y también en Xochimilco, en la base de la ladera de la Sierra Chichinautzin”, informó la especialista.

“El mayor número de edificios colapsados en el pasado sismo, se sitúan en las zonas con más fracturas, especialmente en la Benito Juárez y Cuauhtémoc; ambas se ubican en una especie de fosa delimitada por dos fallas, que atraviesan la ciudad de norte a sur”.

Sobre el origen de estas fallas, la investigadora indicó que el principal motivo es el contraste entre los materiales volcánicos y los de relleno del lago.

También, la extracción del agua pone en evidencia las debilidades que ya existían en el suelo, “el estrés hídrico del subsuelo se consolida y se compacta, por lo que las irregularidades comienzan a manifestarse y propagarse hacia la superficie”.

Por último, la investigadora señaló que la Ciudad de México se hunde en promedio de 20 a 30 centímetros al año, por lo que esos desplazamientos deben ser considerados en el plan de reconstrucción a corto y mediano plazo.(Libia Bucio)

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