Para Vecinos Unidos el actual proceso del Constituyente forma parte de las prácticas y políticas emprendidas por las grandes empresas convertidas en gobierno con el objetivo de gestionar y reorganizar el territorio. Todo ello con la finalidad de continuar con sus planes de acaparar y acumular la riqueza, además de centralizar el poder, la toma de decisiones políticas y profundizar la desigualdad social que tan buenos dividendos les ha reportado en nuestra capital.
La Ciudad de México, a nivel global, es uno de los escenarios donde con mayor claridad se observan los mecanismos de expansión y despojo, teniendo lugar fenómenos de polarización que se manifiestan en dos vertientes: 1) desmantelamiento de las políticas de bienestar, y 2) formas emergentes de urbanización, expulsando a los pobladores originarios de sus respectivos barrios y colonias so pretexto de recuperarlos, para posteriormente encarecerlos y disponerlos a sectores de altos ingresos, aumentando la desigualdad e incluso criminalizando la protesta y la pobreza.
En este contexto, el capital transnacional utiliza al Estado y dicta políticas acordes con sus necesidades de acumulación y concentración de la riqueza. Es por ello que ahora lanza la iniciativa del Constituyente mediante la decidida intervención de personajes y estructuras específicas a su servicio: Miguel Ángel Mancera, Enrique Peña Nieto, partidos políticos representados en el Congreso de la Unión y sus voceros.