En los días previos al ritual, los antiguos ancestros destruían sus enceres domésticos. Los sacerdotes esperaban la señal divina para encender el Fuego Nuevo por medio del mamalhuaztli, que debería reflejar el momento en que la constelación estelar de cabrillas, mostrara a Orión y las Pléyades alumbraran el cénit del Templo de Moctezuma II, que se había mandado a renovar para tal acontecimiento.
Por el rescate y preservación del ceremonial ancestral del Fuego Nuevo, el Consejo de Pueblos y Barrios Originarios en el D.F., que preside Fabiola Poblano, conmemoró esta ceremonia en espera del Fuego Nuevo, que en el 2027 cumplirá el ciclo, el día viernes 13 de noviembre.
Iinvitados por el pueblo de Culhuacan, se conjuntaron habitantes originarios de diferentes pueblos, como Atlalilco de Ixtapalapa, Culhuacan, Mexicaltzingo, San Matías Iztacalco, San Bartolo Atepehuacan, San Andrés Tomatlán, San Pedro Xalpa, Santa Maria Tomatlán, El Contadero, San Andrés Culhuacan, San Antonio, San Simón, Santiago Atepetlac, San Bartolo Almeyalco, Barrio Santiago, Coyoacán y sus barrios, San Francisco Culhuacan, y Santa Rosa, y los representantes de las asociaciones civiles Corregidora Francisco, Grupo Culhuacan y Unificación Vecinal 8 Barrios de Ixtapalapa.
Con la presencia de los abuelos Nezahualpilli, Kuayolotzin, y Ayolotzin, quienes llevaron la ceremonia en el primer basamento de la Cima del Fuego Nuevo, y bajo el vuelo de dos águilas que volaron sobre la cima al momento de realizar la ceremonia en el Cerro de la Estrella, que significaba que teníamos permiso a estar ahí por parte de los guardianes del cerro milenario y de nuestros ancestros, se conmemoró este ritual de de atadura de años, que bajo la cosmovisión de los mexicas, que dividían sus ciclos de vida en 52 años, y que creían que al término de este periodo de tiempo, podrían ocurrir cataclismos que terminarían con la Era del quinto sol, donde el mundo sería destruido por terremotos.
A pesar de no contar con los recursos solicitados a SEDEREC y a la misma Delegación Ixtapalapa, pues se decían sin posibilidad de apoyarnos, la voluntad de conmemorar este patrimonio inmanente que es de todos los mexicanos, los pueblos originarios, decidieron efectuarlo, con la autorización del Instituto de Antropología e Historia, quien conminó a no encender enormes fuegos, ni fogatas en la cima, por los vestigios arqueológicos que ahí aún se concentran.
Después de la ceremonia, los habitantes originarios recorrieron el camino hacia la explanada de Culhuacan, donde se repartió el fuego que sería llevado a sus hogares, para la renovación de lo viejo y llevar la energía renovada de este fuego.
Siempre los habitantes de los pueblos originarios de Ixtapalapa, siendo herederos culturales de las poblaciones prehispánicas, han retomado desde hace varios años, la conmemoración del encendido del Fuego Nuevo, subir a la cima del Cerro de la Estrella y bajar con antorchas encendidas a cada una de las poblaciones, mismo fuego que hasta hace algunos años recorría con los corredores de juegos panamericanos, por toda la Avenida Ermita Ixtapalapa.
Agregamos, que este año, las antorchas del fuego nuevo podrián llegar a la Explanada Cuitláhuac, debido a que el invicto Cuitláhuac permanece arrinconado, detrás de un árbol de navidad de una refresquera, por lo que se pide más sensibilidad a la jefa delegacional, para reconocer nuestra cultura ancestral y tradiciones en Ixtapalapa.