Iztapalapa, 16 de septiembre.- La sesión -extraordinaria- del viernes 14 de septiembre de la VII Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal queda en la historia como la última de este ciclo legislativo que culmina el 17 de septiembre, con la instalación de la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México dominado por Morena y la entrada en vigor de la Constitución local.
La histórica última sesión fue un claro reflejo de lo que fue la VII Legislatura. Empezó tarde con la presencia de 40 de los 66 diputados y votaciones a contra reloj.
Gracias a una prórroga concedida por un juez, los diputados integrantes de la VII Legislatura se libraron de caer en desacato y lograron votar en el Pleno la ratificación de la Magistrada Margarita Espino del Castillo en el Tribunal de Justicia Administrativa.
Las continuas faltas de los diputados a las sesiones causaron que no hubiera quórum legal para sesión, lo que llevó a los legisladores a hacer malabares legales para lograr la aprobación de leyes sin la asistencia mínima necesaria de 34 de los 66 diputados.
El Presidente de la Comisión de Gobierno, Leonel Luna, prometió descontar de la jugosa dieta de los diputados las faltas y retardos a quienes no cumplieran con su obligación de asistir al Pleno, sin embargo, al día de hoy, la sanción no se aplicó a ninguno de los faltistas.
Los integrantes de la VII Legislatura recibirán un fondo de retiro de hasta 714 mil 872 pesos y dejarán una “herencia maldita” a la I Legislatura del Congreso pues de manera irregular fueron basificados por los menos 211 personas, entre ellos familiares, empleados, chóferes y otros trabajadores de “estructura”.