Iztapalapa, 5 de enero.- La fuerza combinada de 13 mil diableros que todos los días estiban manualmente toneladas de mercancías, con 13.5 mega watts de energía proporcionada por miles de fotoceldas instaladas en el 40 por ciento de las techumbres de la Central de Abasto de la Ciudad de México, dan como resultado el mercado minorista y mayorista de bienes perecederos más importante de México y uno de los que más bienes mueve los 365 días del año.
Para la Doctora Marcela Villegas, Coordinadora y Directora de la Central de Abasto de la Ciudad de México, es el centro de abasto más grande del mundo, donde trabajan de lunes a domingo 90 mil personas en un complejo mercado mayorista y minorista en el que participan al menos 500 mil personas, entre proveedores, intermediarios y consumidor final.
La Doctora Villegas compartió con Gaceta de Iztapalapa detalles del programa para dotar de energía sustentable a la Central de Abasto: “Para las áreas comunes ya tenemos una parte, y la otra parte de la energía se va a vender a Servicios Eléctricos y a otras instituciones del Gobierno de la Ciudad.
En entrevista aseguró que se hizo una gran inversión en cambiar el drenaje y el pavimento de las calles del complejo comercial más grande de América Latina, lo que favoreció la movilidad de las mercancías pues ya no hay baches ni tampoco se inunda.
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Hay bodegas que ya realizan la estiba de sus mercancías de manera mecánica, la forma de comercializar aquí es tradicional y ha funcionado. Sí hay bodegas y comerciantes que ya han mecanizado la estiba de sus mercancías, la comercialización se ha mejorado gracias al mejoramiento del drenaje y el pavimento, es uno de los proyectos importantes porque ayudo a la movilidad de la central. Poco a poco tiene que ir cambiando la cultura comercial. Toneladas de mercancías se mueven con la fuerza de 13 mil diableros que trabajan diariamente, sin seguridad social, aunque hay un centro de salud del IMSS Bienestar, hospitales de primer y segundo nivel las 24 horas del día.
Ya no hay tantos embotellamientos, en diciembre entró muchísima gente, la movilidad mejoró mucho con el pavimento y el drenaje, ya no hay hoyos, tampoco inundaciones. En diciembre todos los centros comerciales se llenan y pues al final eso es bueno. El Cedabús ya no funciona, pero hay rutas internas que van a diferentes partes de la Central.
En febrero se acaba el proyecto de fotoceldas, ya están instalados todos los paneles, solo falta la interconexión. Se estima generar 17.5 mega watts con el 40 % de las techumbres de la Central que tienen paneles solares. La 1° fase del programa permitió un ahorro, en 8 meses, de $800 mil pesos en las áreas comunes de la Central de Abasto.
La planta de biodiésel sigue funcionando con el Metrobús y ahora con vehículos de la Sedema.