La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) del Gobierno de la Ciudad de México inauguró el Primer Encuentro Regional de Cultura del Agua en la Cuenca del Valle de México, cuyo propósito principal es propiciar una reflexión colectiva entre especialistas, estudiantes y público en general, sobre la importancia del agua y su relación con otros temas prioritarios relacionados con el desarrollo sustentable, a través del intercambio de experiencias y la capacitación a promotores en la materia.
En el evento, que se lleva a cabo en la Universidad Autónoma Chapingo, se destacó la degradación que han sufrido los recursos hídricos en la Cuenca del Valle de México, debido al crecimiento poblacional, la expansión de la mancha urbana, la falta de conciencia sobre las consecuencias del consumo excesivo del vital líquido y el mantenimiento continuo que demanda la infraestructura hidráulica, por lo que es indispensable sumar esfuerzos para crear una cultura responsable del aprovechamiento del agua, con visión de futuro.
En la Cuenca del Valle de México se consumen 87.7 metros cúbicos por segundo de agua, de los cuales 5.8 corresponden a agua de reuso, 2.7 se obtienen de la que se encuentra almacenada en cuerpos de agua, 59.5 de la extracción del acuífero y 19.7 provienen del Sistema Lerma-Cutzamala, lo que representa un alto costo energético, económico y ambiental.
En la Ciudad de México el 97.4% de la población tiene acceso a este recurso y 98.8% cuenta con servicio de drenaje; sin embargo, la disminución en el abasto del líquido se agudizará por el aumento en la intensidad y frecuencia de los eventos climáticos extremos.
Para enfrentar los retos que implica esta situación, el Gobierno de la CDMX cuenta con diferentes herramientas e instrumentos que buscan incrementar su resiliencia y asegurar la equidad en el acceso al vital líquido, además de disminuir los riesgos asociados a posibles impactos del cambio climático.
Entre ellos se encuentran: la Estrategia de Resiliencia, la Evaluación de la Resiliencia de los Sistemas de Agua Urbana de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, el Fondo Por el Agua de la Ciudad de México, el Plan de Resiliencia Hídrica para la Zona Patrimonial Xochimilco-Tláhuac-Milpa Alta, y la Estrategia de Conservación del Bosque de Agua 2012-2030.
Asimismo, destaca la creación de parques hídricos, como el Parque Lineal La Viga, ubicado en las delegaciones Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, y el parque La Quebradora, en la delegación Iztapalapa, dos ejemplos de manejo de agua a través del mejoramiento del espacio público.
Gaceta de Iztapalapa publicó completo el Proyecto del Parque Hídrico La quebradora, realizado por expertos de la UNAM, en un trabajo multidisciplinario coordinado por el Instituto de Investigaciones Sociales, sin la participación ni del gobierno central, ni delegacional.
Tendrá una inversión de 250 millones de pesos y se ubicará en un predio que estaba abandonado, con una extensión de cuatro hectáreas, localizado en el cruce de Ermita y Avenida de las Minas, al oriente de la delegación. Para saber más da click sobre estas palabras.
Parque Hídrico La Quebradora.
De igual forma, con el propósito de promover una cultura responsable sobre el uso del agua en diferentes zonas de la Ciudad de México, la Sedema instaló el Pabellón Hídrico en la delegación Miguel Hidalgo, y en los próximos días estará ubicado en Iztapalapa; en este espacio se realizarán pláticas, talleres y proyecciones dirigidas a todos los sectores de la población, además de una exposición permanente donde se muestra la situación hídrica que enfrenta la capital del país.
El Primer Encuentro Regional de Cultura del Agua en la Cuenca del Valle de México concluye este jueves 10 de agosto, y es organizado por la Secretaría del Medio Ambiente, en coordinación con el Grupo Especializado de Comunicación y Cultura del Agua (GecyCA) del Consejo de Cuenca del Valle de México y la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
Con estas herramientas e iniciativas que se trabajan con otras dependencias de gobierno, órganos auxiliares y grupos especializados, se contribuye a restablecer el flujo natural de la Cuenca del Valle de México, misma que se ha transformado con el paso del tiempo, así como a la recuperación del balance hídrico, dotando a los habitantes del recurso, para cumplir con el derecho humano al agua y hacer frente a los retos que impone tanto el cambio climático como las presiones socio-ambientales.(Boletín)