Andrés Solís.-Pensar que el asesinato de Rubén Espinosa puso fin a la idea de que la Ciudad de México era el “oasis” para proteger periodistas en México no es del todo cierto, pero si fue un hecho que mostró que todos y todas nos confiamos de más.
Desde hace varios años la capital del país se encuentra en los primeros lugares en agresiones contra el ejercicio profesional del periodismo, donde grupos sociales y fuerzas policiales son las que más atentan contra la integridad de quienes tienen la tarea de informar.
En la Ciudad de México opera desde 2011 el primer Mecanismo de Protección, anterior incluso al Mecanismo Federal, el problema es que no existía una ley que le diera orden y es aún hoy, un Convenio de Coordinación Interinstitucional que ha brindado atención a más de 80 casos de agresiones y situaciones de riesgo de periodistas y personas defensoras de Derechos Humanos; en muchos casos colegas y activistas que salían huyendo de otras entidades.
A casi un año de que se publicara la Ley de Protección Integral para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, el Mecanismo está en proceso de construcción; no se ha logrado instalar por varias razones que bien explica en su columna “Miradas de Reportero”, el experimentado periodista Rogelio Hernández López, quien además ha acompañado procesos para construir leyes de protección en varias entidades del país.
A esta reflexión me sumé hace unos días en el programa de la Defensoría de las Audiencias de Radio Educación, a invitación de otro experto reportero, Gerardo Albarrán de Alba, donde comentaba yo la urgencia de institucionalizar este Mecanismo que dicho sea de paso, nunca ha dejado de atender ningún caso, porque yo he sido como periodista, integrante del Grupo Consultivo encargado de hacer las evaluaciones de riesgo y petición de medidas de protección.
Por eso es importante darle certeza a este mecanismo de la ciudad, porque ha sido efectivo y además de brindar protección cautelar, ha dado apoyos sociales y de capacitación a las personas peticionarias, sin importar su origen y procedencia.
El Mecanismo capitalino ha servido incluso de modelo para otras entidades y la misma Ley es una buena ley, que puede y debe mejorarse claro, pero que puede también dar luz a otras iniciativas que se discuten actualmente en los estados de México, Michoacán, Querétaro y Guanajuato.
Como parte de los avances en la investigación del homicidio cometido en agravio de cinco personas, por disparo de arma de fuego el 31 de julio del presente año, en la Colonia Narvarte, el Procurador General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Fernando Ríos Garza, informó en conferencia de prensa:
Las víctimas femeninas tenían 18, 29, 32 y 40 años de edad, mientras que Rubén Manuel Espinosa Becerril, 31 años. Éste último era soltero, originario del Distrito Federal y fue identificado plenamente por sus familiares, quienes declararon que su regreso a la capital del país, fue debido a que éste no tenía trabajo en Veracruz, donde vivía desde hace 8 años, y aquí estaba en busca de una oportunidad como reportero gráfico.
En este momento, la Fiscalía de Homicidios entregó tres de los cuerpos victimados.
Por secrecía de la investigación, así como en atención al protocolo de Derechos Humanos, esta dependencia se reserva los nombres de las afectadas.
De las primeras investigaciones efectuadas, la Fiscalía de Homicidios, dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, conoció que las mujeres se desempeñaban como:
1. Maquillista (18 años), originaria de Mexicali, Baja California, soltera, estudiante de belleza.
2. Promotora cultural (32 años), originaria de Chiapas, soltera.
3. Empleada doméstica (40 años), provenía del Estado de México, estado civil: separada.
4. Aún por determinar ocupación, (29 años), originaria de Colombia.
Los cuerpos de las víctimas, que fueron localizados en las recámaras y el baño del departamento, presentaban, cada uno, una herida de disparo de arma de fuego, calibre 9 milímetros, en la cabeza; así como algunas escoriaciones en diversas partes del cuerpo, presuntamente originadas por el forcejeo previo al sometimiento al que fueron expuestas.
Debido al hecho, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal activó inmediatamente los protocolos de Homicidio y Feminicidio, así como el de Atención a periodistas.
La PGJDF se coordina ya con el área de atención a víctimas de la Secretaría de Gobernación, así como con la Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, quien inició ayer un acta circunstanciada.
Asimismo, con el propósito de atender a los familiares de las víctimas, la PGJDF, activó inmediatamente el Sistema de Auxilio, dependiente de la Subprocuraduría de Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad, quien brinda ya apoyo integral con trabajo social, psicología y abogado victimal a los familiares.
En la parte ministerial se han recabado 15 declaraciones, y realizado diversas inspecciones ministeriales, así como el levantamiento de indicios, búsqueda de evidencia videográfica, y múltiples peritajes en materia criminalística, fotografía, química y genética.
Del análisis de los hechos y las constancias recabadas en el lugar, se desprende la comisión de los delitos de homicidio, robo y lo que resulte, manteniendo abiertas todas las líneas de investigación que sean necesarias.
El titular de la dependencia, Rodolfo Ríos Garza, en coordinación con la Secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, por instrucciones del Jefe de Gobierno, se ha reunido con las organizaciones pro defensa de periodistas que exigen el esclarecimiento del hecho.
La PGJDF reitera su compromiso en este, como en todos los casos, de combatir el delito y la impunidad, además de garantizar que se agotarán todas las líneas de investigación para dar con el paradero de los responsables de este crimen que indigna a la sociedad y ponerlos a disposición de las autoridades jurisdiccionales correspondientes. (Boletín)
1 Comment
Felicidades al medio, permanentemente actualizado y cada vez mejor.
Saludos a profesor Sergio