Claro está que murió —como deben morir los poetas,
maldiciendo, blasfemando, mentando madres,
viendo apariciones, cobijado por las pesadillas.
Claro que así murió y su muerte resuena en las malditas
habitaciones donde perros, orgías, vino griego, prostitutas
francesas, donceles y príncipes se rinden
y le besan los benditos pies;
porque todo en él era bendito como el mármol de La Piedad
y el agua de los lagos, el agua de los ríos y los ríos de alcohol
bebidos a pleno pulmón,
así deben beber los poetas: Hasta lo infinito, hasta la negra
noche y las agrias albas
y las ceremonias civiles y las plumas heridas del artículo
a que te obligan,
la crónica que nunca hubieras querido escribir
y los poemas rubíes, los poemas diamantes,
los poemas huesolabrado, los poemas
floridos, los poemas toros, los poemas posesión, los poemas
rubenes, los poemas danos, los poemas madres,
los poemas padres, tus poemas…
A las 16:15 del miércoles 13 de mayo, falleció el poeta mexicano José Ramón Méndez Estrada.
A todos los amigos y conocidos del poeta Ramón Méndez Estrada que deseen hacer alguna aportación para sufragar los gastos del sepelio: Cuenta de débito BanCoppel N° 10173482383 a nombre de Pedro Méndez Estrada.
Gracias.