Semana Santa en Iztapalapa
El Señor de la Cuevita eligió el pueblo, “ya no se quiso ir”; por esta razón en Iztapalapa le dedicaron un templo y le tienen especial devoción. En la tercera década del siglo XIX, una epidemia de cólera azotó a la población; la creencia popular atribuyó a la divina imagen el cese de la mortandad. En agradecimiento a tan prodigiosa intervención, se inició la escenificación de la Pasión de Cristo de Iztapalapa, con actores del pueblo, y que año con año se repite hasta nuestros días.
Los episodios más importantes de la representación tienen lugar el Domingo de Ramos con la Procesión y la Bendición de las Palmas; el Jueves Santo en el Jardín Cuitláhuac, y el Viernes Santo en el atrio del Santuario del Señor de la Cuevita con la secuencia de la sentencia, los azotes, la coronación de espinas y el Vía Crucis, que culmina en el Cerro de la Estrella con la crucifixión.
El Santuario Nacional de Nuestro Señor de La Cuevita (también llamado Santuario del Señor del Santo Sepulcro de Jerusalén), se encuentra dentro de la séptima vicaría de la arquidiócesis de México. En él se guarda la imagen original del Señor de la Cuevita, una efigie que representa a Jesús de Nazaret en el sepulcro.
El Santuario de La Cuevita es una construcción de estilo neoclásico. Fue construida de tezontle, cantera y argamasa, con paños de yeso. La planta del templo tiene forma de cruz latina, con una sola nave y techo de bóveda sostenido por columnas adosadas a los muros. Cuenta con una cúpula octagonal sostenida por un tambor que se apoya sobre los arcos de las bóvedas en el crucero. Cada costado del tambor tiene una ventana en forma de arco de medio punto, cubierto con herrería y vidrio.
Presentamos a los lectores un reportaje gráfico del Santuario y damos una mirada el recorrido que tendrá que hacer el Cristo de Iztapalapa en su Vía Dolorosa rumbo al Huizachtépetl, llamado en Semana Santa el Monte Calvario de Iztapalapa.