Con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018, la Cámara de Diputados demostró insensibilidad e irresponsabilidad para atender la crisis que dejó el terremoto del pasado 19 de septiembre, dejó ir la oportunidad histórica de actuar de forma solidaria ante una emergencia nacional de proporciones catastróficas.
Por medio de la movilización y no por voluntad parlamentaria se logró un Fondo de Reconstrucción (FONREC) de 2 mil 500 millones de pesos, estos recursos son a todas luces insuficientes para la reconstrucción, reparación y reforzamiento de las viviendas y edificios dañados.
Dicha partida, además de la ampliación del Fondo de Desastres Naturales, el Fondo de Prevención de Desastres Naturales y el Fondo de Capitalidad, no cuenta con mecanismos y reglas claras que permitan asegurar que los recursos aterrizarán de forma efectiva y transparente en las zonas afectadas.
Legisladoras y legisladores que avalaron el PEF 2018 no contemplaron como una prioridad la situación de los damnificados. La evidencia es que aprobaron erogar 38 mil millones de pesos para continuar con el pago del rescate bancario (Fobaproa).
Al mismo tiempo, los propios diputados federales “se autorizaron” un presupuesto de 200 millones de pesos para la renivelación de uno de los edificios de San Lázaro dañado por el sismo. Parece ser que su sentido de responsabilidad ante una contingencia, como la del 19 de septiembre, llega sólo hasta las paredes del Palacio Legislativo.
Además, el Presupuesto de Egresos mantiene gastos superfluos en prebendas, viáticos, comidas, gastos médicos mayores, para lo que destinarán 26 mil millones de pesos, que bien pudieran ser usados para la reconstrucción.
Este desinterés nos obliga a fortalecer nuestra organización como damnificados. Antes de nuestra movilización del 9 de noviembre ni siquiera se contemplaba en el PEF una partida específica para la reconstrucción. Tuvimos que efectuar acciones conjuntas para que se pudieran visibilizar nuestras demandas.
Al protestar en las calles, en las que estamos desde la fecha del sismo, nos dimos cuenta que son muchos los ciudadanos que nos manifestaron su apoyo y entienden nuestros problemas. Como en las labores de rescate, le solicitamos al pueblo de México su solidaridad para nuestra lucha por la reconstrucción y contra el olvido en la que estamos inmersos.
Continuaremos con la exigencia de nuestras demandas ante las instancias respectivas -federales y locales- para que los recursos públicos sean incrementados conforme a nuestras necesidades y usados para las tareas de reconstrucción, reparación y reforzamiento de inmuebles dañados, así como para la emisión de dictámenes y estudios técnicos necesarios, como mecánica de suelos, niveles topográficos, resistencia de materiales, entre otros. De igual manera, no descartamos acudir a instancias internacionales.
Cabe precisar que buscamos soluciones para todos los damnificados, tanto en el rubro de vivienda como escuelas, hospitales, calles y demás infraestructura pública dañada por el sismo.
Es necesario destacar que la Coordinación General de Damnificados de la Ciudad de México es apartidista y desde este momento rechazamos todo intento de acercamiento para convertirnos en un botín político o en un pretexto de negocio para las inmobiliarias.
Somos ciudadanos que exigimos el derecho a una vivienda digna y segura, tuvimos que organizarnos ante el vacío mostrado por las autoridades, de todos los niveles de gobierno, para enfrentar la contingencia heredada por el terremoto.
ATENTAMENTE
Coordinadora General de Damnificados de la Ciudad de México