La Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA CDMX), llega a su 35 aniversario gracias a personajes que forjan su historia día a día, como los 13 mil carretilleros que mueven las 120 mil toneladas diarias de productos.
Desde hace 50 años, Waldo López Reyes construye carretillas o “diablos”, herramienta para transportar mercancías dentro del mercado mayorista. De niño creció en la Merced donde aprendió el oficio de tateme, cargador y gracias a su ingenio y necesidad de un sustento seguro, se convirtió en constructor de carretillas.
En 1982, año de fundación de la CEDA, Waldo llegó siendo joven, por lo que era conocido como “El Chavo”, sobrenombre que hoy lleva escrito en los tubulares cada carretilla construida por él.
En el marco de este aniversario, recuerda que ingresar no fue fácil, sin embargo con tesón y trabajo logró consolidar su taller de fabricación y alquiler en el pasillo Uno de la la Nave IJ.
Tiene 61 años y al día construye dos o tres carretillas, cada una con capacidad de cargar tonelada y media de peso. “Aprendí por necesidad, lo más difícil, hacer “la lengüeta” o estructura, lo que me enseñó un ingeniero alemán, ya el armado lo fui perfeccionando”.
Es la primera vez que me preguntan mi nombre de pila, aquí todos me conocen como “El Chavo”, comenta este emblemático personaje, quien se siente orgulloso de pertenecer a la comunidad del mercado más grande del mundo.
“El carretillero le hace un bien a la gente, tiene una familia a la que lleva el sustento con su trabajo, a lo largo de los años han ido demostrando que si de trabajo se trata, son los mejores para trabajar en esta ciudad”.