Con decenas de tapetes florales hechos con aserrín de colores, pueblos originarios de Iztapalapa conservan sus tradiciones culturales

• Familias de pueblos originarios conservan tradiciones culturales de generación en generación, reconoce alcaldesa Clara Brugada en conmemoración de los 300 años del culto al Señor de la Cuevita en los Ocho Barrios

Iztapalapa, 3 de mayo.- Como parte de los festejos tradicionales que se celebran en Iztapalapa, el pueblo de Santa Cruz Meyehualco transforma sus calles en coloridos tapetes de aserrín, semillas, papel picado, flores y decoraciones de arte urbano que enmarcan las tradiciones de los pueblos originarios en esta demarcación, reconoció la alcaldesa Clara Brugada Molina.

En un recorrido por las calles de ese pueblo originario, expuso que el arte urbano de muchas familias es la manera de preservar estas tradiciones de generación en generación y motiva a que esta zona preserve una identidad cultural e histórica que convoca a que de otras partes de la Ciudad de México la visiten con fines turísticos.

“Son tapetes coloridos de aserrín con distintas figuras representativas, con semillas, papel picado, flores, con los que las familias transforman sus calles con cariño al plasmar su arte urbano ante la devoción de la Santa Cruz y con la que realizan un tradicional recorrido en las calles del pueblo de Santa Cruz Meyehualco”, señaló.

Por otra parte, en la Catedral de Iztapalapa, también conocida como Santuario del Señor de la Cuevita, la alcaldesa fue testigo de la recepción a cientos de fieles, familias enteras y nazarenos, quienes llevaron adornadas sus cruces con las que acompañaron en la 180 edición el Vía Crucis de Semana Santa, a fin de participar en su tradicional ceremonia religiosa que forma parte del culto histórico al Señor de la Cuevita.

La alcaldesa Clara Brugada añadió que esta celebración representa un gran valor comunitario que se ha convertido en un símbolo de Iztapalapa, además de poseer un fuerte sentido religioso para muchos creyentes y que forma parte, dijo, de nuestras tradiciones más arraigadas, de nuestra historia y patrimonio cultural que conservan muchas familias originarias de la demarcación.

La imagen del Señor de la Cuevita que preservan las familias de los Ocho Barrios de esta demarcación en el templo ubicado en la calzada Ermita Iztapalapa y que este 3 de mayo cumplió 300 años de culto, fue visitada por las familias y devotos que realizan un recorrido por las calles principales de la demarcación para conmemorar su fe y la memoria del milagro atribuido a la imagen, cuando se dice que detuvo una epidemia de cólera morbus que azotó esta región en 1843.

En Santa Cruz Meyehualco, la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, exhortó a toda la población de la Ciudad de México a conocer los tapetes coloridos e ingeniosos que se suman a las expresiones culturales de los pueblos de esta demarcación.

Por su parte, las familias que adornaban sus calles expusieron a la alcaldesa que esta expresión cultural del pueblo de Santa Cruz Meyehualco data de más de 40 años, cuando unas personas que migraron de la actual alcaldía de Tláhuac y de los estados de Oaxaca y Tlaxcala incursionaron en colocar los tapetes de aserrín de colores con emotivos diseños de flores, mariposas, corazones, estrellas, papel picado y veladoras, entre otros decorados.

En cuanto al dispositivo de seguridad y vialidad por los festejos de los 300 años del Señor de la Cuevita, la alcaldía Iztapalapa confinó las calles del centro de la demarcación, con lo que se realizó un corte a la circulación en calzada Javier Rojo Gómez y calzada Ermita Iztapalapa, al convertirse en reversible la calzada Ermita Iztapalapa Alta hasta calle Puente Titla, para continuar de oriente a poniente.

También se confinaron al paso vehicular y solo peatonal las calles interiores del centro de la demarcación, mismas que comprenden las vialidades de Hidalgo, 5 de Mayo, Ayuntamiento, Comonfort, Lerdo e Iturbide, que se mantuvieron cerradas al paso de la imagen del Señor del Santo Sepulcro, que recorrió la zona de los Ocho Barrios en hombros de una comitiva de mayordomos.