En el país, 103 de los 653 acuíferos están sobreexplotados. Además, del 30 al 50 por ciento del agua para abastecimiento se pierde en fugas, en la red hidráulica y en domicilios, alertó Luis Francisco Sañudo Chávez, secretario de Vinculación del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.
Al respecto, María Teresa Orta Ledesma, investigadora del mismo instituto, destacó que el agua es un bien público que cada vez escasea más. Ante este panorama, la alternativa es el reúso y reciclaje.
“Necesitamos métodos eficientes de tratamiento de aguas residuales para tener más líquido disponible”, subrayó la doctora en ingeniería ambiental.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), añadió Sañudo Chávez, el mayor consumo se debe a la ineficiencia de las prácticas de irrigación agrícola, al desarrollo industrial y a los malos hábitos de consumo.
En el salón de seminarios Emilio Rosenblueth del Instituto de Ingeniería, indicó que en materia de agua residual el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que (a partir del censo de gobiernos municipales y delegacionales de 2015) de los dos mil 457 municipios y delegaciones del país, solamente 827 (34 por ciento) cuentan con servicio de tratamiento de aguas residuales municipales.
Ríos convertidos en avenidas
En su oportunidad, el historiador Roberto Llanas Fernández mencionó la desarrollada ingeniería hidráulica y civil de los aztecas, capaces de fundar la ciudad de Tenochtitlan sobre el agua.
“El Chimalli azteca (un escudo tradicional) representaba cómo debía protegerse el agua para que no desapareciera”. Con un fondo azul mostrando el líquido fundacional del Lago de Texcoco, el Chimalli incluye un coral marino cortado, que significaba la eternidad.
Llanas relató que hacia el año 1535 se hicieron los primeros ejes básicos de la red subterránea de agua en la Ciudad de México. “Desde las lluvias torrenciales de 1555 se incrementó la ingeniería”, documentó.
Mientras en el virreinato hubo desarrollos como acueductos y el manejo de ríos con cauces artificiales, en la era moderna las calles y urbes han crecido por encima de las fuentes del líquido, sin ningún respeto al recurso natural y con una enorme demanda humana. “Se entubaron los ríos Churubusco, La Piedad, Becerra y Los Morales”, ejemplificó.
Finalmente, pidió a los expertos en ingeniería hidráulica repensar la tecnología para aprovechar este recurso vital en nuestra era.