Estamos en un momento crucial, en que el futuro del país está en juego: Bernardo Batiz

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Iztapalapa, 5 de febrero.- La Primera Legislatura del Congreso capitalino conmemoró con una sesión solemne el 102 aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el segundo de la Constitución de la Ciudad de México.

Ambos textos constitucionales son de avanzada, garantizan el respeto de
los derechos, la democracia, la paz y la prosperidad, coincidieron los
diputados que hablaron en representación de las distintas fracciones
parlamentarias.

En la sesión solemne de este martes estuvieron presentes como invitados
especiales los legisladores que integraron la Asamblea Constituyente; el
consejero jurídico de la Ciudad de México, Héctor Villegas Sandoval,
en representación de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; el
presidente del Tribunal Superior de Justicia, magistrado Rafael Guerra
Álvarez; el presidente del Tribunal Electoral, magistrado Gustavo
Anzaldo Hernández; y el ex procurador capitalino y ex diputado
constituyente, Bernardo Bátiz Vázquez, quien fue el orador principal.

Bernardo Batiz.

Durante la sesión solemne para recordar el aniversario 102 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y el segundo
aniversario de la promulgación de la Carta Magna local, el diputado de
la Asamblea Constituyente, maestro Bernardo Bátiz Vázquez sostuvo que
la Constitución local es resultado de una larga lucha de partidos
políticos, de grupos sociales, de ciudadanos, de intelectuales y
universitarios, y 102 años de una Constitución fundamental no sólo
para México sino para el mundo.

En la sesión realizada en la sede del Congreso de la Ciudad de México,
el jurista mexicano destacó que si bien ambos textos poseen valor
histórico, jurídico y político, es importante recordar que
“pertenecen a un mundo que no es el mundo real, no es el mundo del
ser, es el mundo del deber ser. Las leyes no son realidades, ni como una
varita mágica convierten a la realidad en algo mejor o algo peor. Eso
requiere un proceso y estamos en ese proceso, en un momento crucial, en
que el futuro de este país está en juego”.

“Tenemos que celebrar con los pies en la tierra. Las constituciones
dicen cómo deben ser  las cosas; nosotros, en nuestra vida diaria,
política y como ciudadanos, somos los que hacemos realidad esas
leyes”, señaló Bernardo Bátiz ante el Pleno del Congreso local.

El diputado aseguró que la Constitución de la Ciudad de México
rescata valores olvidados: el humanismo, la solidaridad, la
cooperación. Su texto incorpora los principios de solidaridad humana,
de apoyo a los más débiles, de reconocimiento a los sectores de la
población que requieren el apoyo de otros, que requieren el
reconocimiento de la colectividad; “son los valores de la solidaridad,
de la fraternidad, de la cooperación, no es el enfrentamiento, el
choque, la lucha de clases, la libre de competencia, que acaba muchas
veces en enfrentamientos violentos; es el humanismo, el valor de la
solidaridad y la cooperación”.

Al mencionar los aciertos de la Constitución Política de 1917,
detalló que además de retomar principios de la Carta Magna de 1857, se
agregó un elemento que no había sido considerado en ninguna
constitución del mundo: los derechos sociales.

Diputado Jesús martín del Campo y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, magistrado Rafael Guerra Álvarez

De entre ellos, destacó el establecimiento de la educación laica y
gratuita en el artículo 3 constitucional, el cual calificó como una
declaración de principios de la nueva estructura del Estado Mexicano,
así como el reconocimiento de ejidos, cooperativas, sindicatos y
diversas formas de organización social, como piezas fundamentales en la
economía del país.

Al referirse a la Constitución de la Ciudad de México, el jurista
sostuvo que la promulgación de este documento significó un quiebre
histórico en la capital del país, ya que “incorporó derechos que no
eran reconocidos ni aceptados en otros regímenes constitucionales. Fue
un soplo de aire fresco, un acto político de la capital, que siempre va
adelante, hacia los cambios. Fuimos una avanzadilla que señaló el
camino por donde después iba a transitar todo el país”.

“Logramos el reconocimiento pleno de la paridad de género, una
afinación del poder judicial, la Sala de Control Constitucional, un
amplio catálogo de derechos humanos, la progresividad de los mismos.
Logramos la no privatización del agua, que fue el más duro de los
debates, pero que hoy en día  es un derecho humano para todos los
habitantes de la capital”, indicó el asambleísta.

Salón del Pleno del Congreso de la Ciudad de México.

Destacó la participación de los pueblos originarios en el
establecimiento de los derechos colectivos. Y ese, dijo, fue un ejemplo
para otras entidades, para que reconocieran “a los pueblos que por
siglos fueron postergados y puestos a un lado”.

Enlistó otros derechos de avanzada en la Constitución, como los de las
mujeres, los niños, los adultos mayores. “Tenemos que reconocer a la
Constitución de la Ciudad como precursora; los derechos de las
colectividades serán sin duda el modelo para cambios constitucionales
en entidades federales. Esperamos que se replique pronto en otras
entidades”, indicó el legislador constituyente.

Finalmente, aseguró que el Poder Legislativo de la Ciudad de México
debe tener siempre entre sus consideraciones cuando discutan y estudien
las leyes, que son  el contrapeso del Poder Ejecutivo, “el cuerpo
representativo de la soberanía del pueblo, el titular directo de la
soberanía. Ustedes, legisladores de la capital, deben asumir esta
responsabilidad y cumplirla a cabalidad”.

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